Durante las últimas décadas, el capitalismo ha jugado un rol muy importante en la industrialización de los países más desarrollados del mundo. El desarrollo de la industria global siempre ha dependido de grandes cantidades de activos y capital en los esquemas económicos tradicionales. Por ello, es razonable que el foco principal del capitalismo haya sido siempre generar más capital con el objetivo de sostener ciclos continuos de desarrollo. Sin embargo, hoy por hoy las reglas que sustentan los sistemas tradicionales de la economía están cambiando radicalmente. El impacto de la transformación digital está redefiniendo viejos paradigmas que se consideraban absolutos hasta hoy en día. Los efectos de la automatización, la robotización, y las nuevas tecnologías están rescribiendo las reglas que hasta principios del siglo XXI habían servido de pilares para el avance del capitalismo en todo el mundo.

A lo largo de la historia reciente las economías industrializadas del mundo han estado sustentadas por grandes cantidades de activos y capital. Es decir, tradicionalmente grandes cantidades de activos y capital habían sido necesarias para impulsar la industrialización y el desarrollo económico en las principales economías de todo mundo. Sin embargo, las empresas digitales de hoy en día son considerablemente más ligeras y tienen menos activos que sus contrapartes tradicionales. Hoy por hoy, la realidad es que en estas nuevas empresas digitales, aunque todavía dependen de grandes cantidades de capital para generar flujos de caja, la relación entre ambas variables es considerablemente menor. Este hecho es uno de los efectos más importantes que han tenido las nuevas dinámicas de la economía digital en las reglas del capitalismo tradicional.
En la era digital, a diferencia de lo que ocurre en los esquemas económicos tradicionales, el capital es considerado una variable menos importante para lograr el crecimiento y el desarrollo de las empresas. Esta realidad la han demostrado una y otra vez las nuevas organizaciones digitales que han nacido y crecido en la era de la transformación digital. Consecuentemente, y bajo las reglas que definen estos nuevos paradigmas, el exceso de capital que no es invertido en activos para sustentar el crecimiento de estas empresas está siendo acumulado cada vez más fuera del sistema tradicional capitalista. Naturalmente, los poseedores de este exceso de capital buscan continuamente formas de producir más riqueza apalancándose en él. Muchos de ellos buscan invertir en nuevas empresas digitales con proyecciones de crecimiento rápido y en países en los cuales sus inversiones estén bien protegidas por la ley. Existen cuantiosos ejemplos de este tipo de inversiones en diferentes empresas y sectores en todo el mundo. Sin embargo, el real problema actualmente es que la oferta de capital detrás de estas iniciativas ha sobrepasado la demanda que existe por él. Esto se ha traducido en importantes incongruencias y singularidades que están afectando la economía global y los mercados financieros internacionales.
¿Se acabará el capitalismo con la revolución digital?
Personalmente, no creo que esto ocurra. En mi opinión, el capitalismo está actualmente viviendo un proceso de transformación fundamental que cambiará radicalmente las dinámicas que lo han definido hasta ahora y que han sustentado su adopción a lo largo de la historia. De hecho, este profundo cambio ya ha empezado, y hoy en día podemos comenzar a ver su impacto en los mercado financieros y en la economía mundial a través de:
- Las exorbitantes cantidades de capital que están siendo invertidas en nuevas empresas digital en sectores emergentes y con modelos de negocio que no son rentables.
- La irresponsable tendencia creciente de invertir en nuevos negocios digitales que buscan crecer sus cuotas de mercado pero son indiferentes a la generación de ingresos sosteniblemente.
- Una desconexión tremenda entre los esquemas de valorización de estas nuevas empresas y los esquemas económicos de valorización tradicionales.

En el capitalismo tradicional el objetivo principal es maximizar la acumulación de capital y riquezas. Desde el colapso del sistema financiero mundial en el año 2008, cuando se originó la última crisis global que tuvo un impacto enorme en todas las economías del mundo, cada vez más economistas y expertos han demostrado la necesidad de redefinir los fundamentos del capitalismo como sistema económico y social. Las nuevas dinámicas que dirigen la economía digital han afectado radicalmente los antiguos esquemas capitalistas. El capitalismo, como muchos otros principios económicos tradicionales, requiere evolucionar para continuar siendo relevante en la nueva economía digital del siglo XXI.